02 agosto 2006

Domino

A ver cómo lo digo... Adoro a Tony Scott. Pero no es una excusa, no es una manera de justificar que me guste una película como ésta. Para nada. Es un hecho. Me gusta su propuesta, los guiones que elige, lo que rueda, cómo lo rueda y la música que le pone. Me lo imagino pendiente de cada detalle del maquillaje de cada una de sus actrices, porque medio centímetro de ojo ocupará 15 metros de pantalla. Me imagino a un tío que se lo pasa pipa rodando sus películas porque eso es lo que me transmite desde el primer plano hasta el último y miren que son planos.

Antes de seguir tengo que hacer una aclaración para que no se me catalogue de cinéfila bacaladera, que los veo venir. Detesto el estilo Lock&Stock, en todas sus vertientes. Odio que el estilo del director se note por encima de la historia siempre, sin excepción. Siento aberración por Michael Bay y por Luhrman, y a veces, aunque pocas -y salvando las distancias- por Michael Mann. Bien, aclarado este punto, vamos con Domino.


Domino cuenta la historia real de Domino Harvey, hija de un famoso actor y de una cotizada modelo, una chica con una vida llena de privilegios que se revela y lo deja todo para dedicarse a vivir al límite ejerciendo la extraña profesión de cazarecompensas.

La cosa es que casi todas las situaciones de la película son inventadas por Richard Kelly (guionista de Donnie Darko) y digamos que pasa totalmente del biopic convirtiendo al personaje en una superheroína pasada de vueltas a través de un guión sórdido y muy acertadamente, irracional.

Casi todos las críticas que he leído hablan muy mal del guión, lo tildan de ridículo, de embarullado y sobre todo, de críptico. Por lo visto les molesta que para contar esta historia el guionista haya metido a varios personajes dentro de un reality show, a otro en un programa de entrevistas estilo el Diario de Patricia... y eso me da qué pensar, porque haciendo lo mismo, a Pedro Alomdóvar le dan las 5 estrellas. Si a mi hace años me dan este guion a leer, yo, sin pensarlo dos veces digo: esto lo ha escrito Almodóvar fijo (claro que en ese caso Latifa sería transexual).

Sobre la obsesión de Tony Scott por llenar de fuegos artificiales la pantalla con sus cambios de color, sus planificaciones epilépticas, qué se puede decir... Si digo que la detesto mentiría. Me lo paso PIPA. Me encanta, y disfruto como una niña con barbie nueva cada vez que a uno le vuelan la cabeza, qué le voy a hacer. Ver a una Patricia Arquette o a una Kiera Kinghtley pegando tiros a unos hijos de puta hasta vaciar el cargador me vuelve loca. Será que soy rara... no sé. Es como con Tom Jones, es una horterada, pero qué bien sienta escucharlo. Tony Scott es el hortera del cine negro. Es el rey del cine negro basura.

Lo que yo pienso es lo siguiente... si todos esos críticos o blogueros que han puesto a parir esta peli saben como es este director, porque se le ve venir... si sabiendo de qué va el percal compran la entrada, o se bajan la película... eso es que LES VA LA MARCHA. Y que no me digan otra cosa porque no les voy a creer.

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