17 septiembre 2007

Death Proof

Igual que Grindhouse se ha dividido en dos, Death Proof tiene dos críticas al precio de una. Las damas primero, crítica de La Cotilla:

Para hacer una película de persecución de coches setentera Tarantino elige una manera y claro, es la más lúcida: hacer que su protagonista sea un ex-especialista de películas o series de televisión interpretadas por gente como Robert Urich. Nadie sabe qué coño son esas películas, el público de sus anécdotas es demasiado joven. Él es consciente de su cruz y lo lleva con garbo. Su coche es su poder y con él se convierte en la persona que nunca pudo ser.


Tarantino sabe que nosotros sabemos que esos coches van a salir a la carretera y se van a dar de hostias. Pero nos seduce y nos hace esperar. Como en un buen baile. El especialista Mike (Kurt Russell) es un psicópata asesino y lo sabemos desde el principio. Estamos deseando verlo en acción y él también lo sabe, por eso nos mira y nos sonríe cuando se sube al coche “Ahora viene lo bueno”.

Y vaya si viene. Death Proof juega a ser en algunos momentos una película de terror pero no lo es para nada. Aunque ojo… no lo parece por casualidad. La ropa de las chicas, la seducción, la rubia de bote, los folleteos en los coches antes de la masacre. No es que estemos ante una película de terror, es que nuestras chicas representan todos esos personajes de películas de terror utilizadas durante décadas para aliviar las perversiones de directores y espectadores ávidos de sangre virgen. Y todo esto se acabó señores, y se acabó porque lo dice Quentin Tarantino. Es la venganza de las mujeres, de esas mujeres irreales creadas por plumas masculinas, de todas esas víctimas, de todos estos años. Que ya está bien.


Para contar la historia de una venganza, tiene que haber dos partes. El asesinato y el castigo. Y claro, la situación de las dos partes tiene que ser la misma. Para contar la historia de esta venganza a Tarantino se le ocurre algo genial. El asesino se encontrará casualmente con gente de su calaña. ¡Serán también especialistas de acción! Pero los tiempos han cambiado. Ellas no tienen un coche tuneado contra la muerte. Son fuertes, listas, ingeniosas y bellísimas. Esta vez no necesitarán katanas ni largas sesiones de entrenamiento. ¡Llevan cinturones de PRADA! Y con eso tienen de sobra.

Death Proof parece una película homenaje a las pelis de persecuciones de coches, pero lo que hace en realidad es mostrar las diferencias entre dos épocas del cine de una manera tan sutil y tan inteligente que la convierten en una genialidad.


Y ahora yo:

A mi abuelo lo que más le gustaba en el mundo eran las persecuciones de coches. Durante una época cierto número de películas se concentraban en conseguir la mejor persecución posible, muchas veces no importaba ni el mínimo argumento ni nada más. Había que lograr el más difícil todavía, con el mérito añadido de la ausencia de lo digital que tanto abunda hoy en día. Lo único que se pedía a estas cintas era una frenética persecución y como mucho alguna chica guapa.

Tarantino rinde tributo a este tipo de cine en Death proof y va mucho más allá de lo que parece a simple vista. La película está recibiendo muchos palos y el propio director es consciente de ello en la presentación de Especialista Mike, este viejo conductor de escenas de acción explica a las chicas de su alrededor en qué películas o series ha trabajado, sigue hablando hasta que se da cuenta de que toda esa juventud que le rodea no tiene ni la más remota idea de lo que está diciendo.


No es casual la división de la película en dos capítulos aparentemente iguales pero totalmente distintos. En la primera parte tenemos el homenaje a éstas viejas películas con el añadido del envejecimiento artificial del celuloide. En la segunda parte repetimos las historia pero con muchas variaciones. Aquí la calidad de la imagen es perfecta y Tarantino se permite reflexionar sobre el revival del cine setentero que tanto le gusta realizar.

Por un lado las protagonistas, gente del cine de hoy, se buscan un Ford Charger para jugar con ese mito de los '70. Y a eso se reduce todo, uno puede jugar a hacer una película antigua pero nada más. No es la época de Especialista Mike, las cosas ya no son así y cuando llega el enfrentamiento el cine de actual le pisa la cabeza a su pasado. Entre otras cosas porque ahora las chicas no son floreros y pegan tan fuerte como ellos.

También Tarantino nos deja algunos trozos de su personalidad, su pasión por los pies, las declaraciones de amor con cintas de casete y la justifición de alguna infidelidad en boca de las propias mujeres de la película. También se critica que esas mujeres no sean reales, cuando la realidad es que son las mujeres como a Tarantino le gustarían, son los prototipos de mujer. ¡Si hasta hay una animadora!


Pero dejando de lado esas lecturas, disfruté como un enano con las chicas guapas, el accidente y la gran persecución a la antigua usanza. Seguramente tanto como mi abuelo cuando vió Bullit y las diabluras de aquel Ford Mustang pilotado por Steve McQueen. Seamos honestos, ¿alguien recuerda algo más de Bullit?

20 agosto 2007

Sunshine

Sunshine puede poner de mala leche al fan de la ciencia ficción más comprensivo, al igual que Horizonte Final tiene un comienzo más o menos prometedor, o al menos correcto, pero llegado cierto punto todo se va al carajo dejando al espectador con una importante cara de espanto.


La película trata sobre una misión espacial que pretende lanzar una bomba en el sol para reactivar la estrella agonizante y así salvar la vida en la tierra. Esta es la segunda y última oportunidad de los humanos tras la misteriosa desaparición de la primera misión. Por supuesto la misión estará llena de peligros y situaciones al límite. Todo el comienzo está rodado de manera bastante clásica con ecos de 2010 o Alien y un desarrollo que si no es original al menos resulta entretenido. Sin embargo, el primer gran giro de la trama produce la primera señal de alarma por gratuito, pero siendo generoso se puede dejar pasar.


La trama sigue su curso planteando algún problema ético que otro, siguiendo en este caso Solaris o Gattaca (por lo de primar la reflexión sobre la acción). Pero entonces llegamos a la hora de película, a partir de aquí Danny Boyle y Alex Garland se lían la manta a la cabeza y transforman la película en Viernes 13 XXI: Jason goes to the sun. Lo peor es que no contentos con que la trama se vaya a la mierda se dedican a rodarlo de una manera tan infame que dan ganas de agarrar a Danny Boyle, quitarle el carnet de cineasta y no dejarle ni dirigir una gala de Murcia, que bella eres.

11 julio 2007

Transformers

Michael Bay vuelve a la carga de nuevo. Llega la adaptación a personajes reales de los Transformers, una serie de dibujos animados que nunca me dijo nada. De hecho me parecía absurdo que un robot gigante molón se transformara en un camión o en un radiocasete. Si yo fuera un robot gigante no creo que tuviera esos complejos. Aunque sobre todo me mataba una especie de pterodáctilo que se transformaba ¡en un cinta de casete!


De cara al paso a la gran pantalla han necesitado incluir a protas humanos y durante gran parte de la película los robots son lo que menos importa. De hecho, como me pasaba con Dos policías rebledes, las partes de comedia me funcionan mejor que las de acción. En este caso estando Spielberg en la producción las comparaciones son inevitables, además de odiosas. El ataque inicial evoca claramente el inicio de La guerra de los mundos, lo que en la segunda es un prodigio de suspense, planificación y espectáculo en ésta es un batiburrillo de chatarra, montaje sincopado y música alta.


En general si Bay tiene que narrar algo con más de un punto de vista se hace la picha un lío y es incapaz de situar al espectador en la escena y mucho menos de mostrar la acción sin que el espectador tenga que poner de su parte el 80% del trabajo que él es incapaz de hacer. Por eso Armageddon y el ataque a Pearl Harbour funcionan a la perfección, no necesita definir nada, sobre todo en la segunda que es destrucción pura y dura infligida por una bandada informe de aviones japoneses.


A pesar de todo la película tiene el merito de evitar la solemnidad y es consciente que el argumento es una chufa. Con lo cual se da bastante cancha a la comedia, destacando la escena del jardín con los robots jugando al escondite. A pesar de ser una película de robots gigantes los humanos roban limpiamente la película empezando por Shia LaBeouf y siguiendo por un pasadísimo John Turturro haciendo de impagable agente de la misteriosa Sección 7. Los FX cumplen sin más, supongo, no sé que tal están integrados con los humanos porque como ya he dicho el caótico montaje ni siquiera permite ver unas escenas de destrucción decentes. Los diseños de los Transformers han sido actualizados y no hay ningún casete (gracias a dios) pero la mejor carrocería es, sin duda, la de Megan Fox.


25 junio 2007

Hostel 2

Eli Roth vuelve a rebuscar en los más oscuros rincones de Europa en la secuela de Hostel. A pesar de que se simplifica esta secuela diciendo que es una fotocopia con cambio de sexo, lo cierto es que hay varias diferencias que mejoran el resultado final. Por ejemplo, esta vez el cartel se corresponde con una escena de la película.


Si en la primera parte acompañábamos a dos americanos y a un islandés en sus vacaciones europeas, en este caso tenemos a tres americanas. Aunque Heather Matarazzo es tan fea como Björk y podemos hacerla pasar por la islandesa de la nueva hornada de víctimas. Después de un prólogo que nos termina de cerrar la primera parte pasamos a repetir el largo viaje de los protagonistas al matadero. Como novedad tendremos también a los futuros verdugos y el sistema de elección de los sacrificicados. Con este par de detalles se hace más llevadero que se vuelva a tardar en entrar en materia.


Otro cambio respecto a la primera parte es que la película está recorrida en todo su metraje por grandes dosis de humor negro, a mí me hizo gracia y a otros les parecerá repugnante. Pero si has entrado a ver Hostel 2 y no te va este humor te has equivocado de sala por mucho amigo. La escena de la segunda subasta tras el accidente con Whitney es de lo mejor de la película.


En la parte del gore también ha ido más lejos y esta vez ha dejado menos cosas en off. El baño de sangre es la mejor escena de película y el tratamiento que administra Beth a su compañero de fatigas convierte a Hostel 2, con el permiso de Hard Candy, en la película más dolorosa para el público masculino de los últimos años. Si bien la trama es todo lo previsible que se espera, desde quien se salva, hasta como se salva o quien es un asesino y quien un fanfarrón, todo se lleva con bastante ritmo y convierte esta secuela en una versión corregida y mejorada del original.

La frase: "Ya no quedan lugares seguros en Europa".

07 mayo 2007

Spider-Man 3

La ventaja que tiene no ser lector de comics es que puedes ver películas de superhéroes sin necesidad de salir desnudo del cine tras rasgarte las vestiduras. Ya he visto las airadas reacciones ante el tercer Spider-Man entre los fans del personaje, que si Venom es muy negro, que si el hombre de arena tiene mucha arena, que si el duende verde es demasiado claro. Lo normal vamos.


La película no me ha parecido ni mejor ni peor que las anteriores, de hecho curioseando por Film Affinity a las tres les he puesto la misma nota. A Raimi solo le importa Peter Parker y la película funciona mejor en esas partes y aburre algo en las escenas de acción. Básicamente pasaba así en la primera donde era mejor el principio, cosa que se repetía en la segunda que es prácticamente la misma película pero con otro malo.

Esperando el taquillazo

Hay mucho escándalo con el baile y la trasformación de PP, pero lo cierto es que me partí la caja y la sala entera conmigo. Luego la gente renegaba de haberse reído y acusaba a Raimi de blasfemo y masón. Más o menos como cuando nadie veía Crónicas Marcianas y sorprendentemente era lo más visto de la noche. También la gente odia con todas sus ganas a Kirsten Dunst pero como a mí me gusta y me encanta su sexy dentadura no tengo objeciones a pesar de que su personaje sea a ratos un poco cansino. Resulta que canta ella, cosa que me ha dejado perplejo.

No es de la 3 pero...

El guión pone los personajes a los pies de la historia y no la historia a los pies de los personajes, esto provoca que las acciones de algunos de ellos a veces no queden demasiado convincentes. Pero tampoco es como para decir que es la mayor mierda jamás proyectada que he leído por ahí, por gente que adora Piratas del Caribe 2, que tiene tela. Lo cierto es que es un buen entretenimiento, ojalá la peor película del año fuera ésta.


Los FX son, como suele pasar ultimamente, un batiburrillo. Se ven las cosas molonas que hacen los que saben y las que hacen los becarios, con el reloj en el culo, porque hay que entregar la película en plazo.

Recomendada para mayordomos con alzheimer.

04 mayo 2007

La maldición de la flor dorada

Parece que Zhang Yimou sigue empeñado en que la gente del mundo calibre a la perfección los colores de sus proyectores, plasmas, lcds o lo que se tercie. No encuentro otra explicación a que sus últimos estrenos parezcan demos en lugar de películas. ¡Qué fotografías! ¡Qué coreografías! ¡Qué vestuario! ¿Qué cojones me estás contando?


Parece ser que le dieron un toque por el absurdo argumento de La casa de las dagas voladoras y en esta ocasión la cosa está más trabajada. Está claro que los dramas de Shakespeare están en el horizonte, mucha intriga palaciega, mucho secreto y mucho muerto. Pero a pesar de todo la frontera entre el dramón y la comedia es muy difusa, lo que provoca que en algunos tramos uno no sabe si llorar, sentir vergüenza ajena o descojonarse de la risa.


La trama tarda en plantearse un rato largo y lo hace con un truco del almendruco un poco rancio. Por el camino nos regala la segunda pelea de la función, en ese momento la película vuelve al ritmo cansino en el que vemos chinos y más chinos recorriendo pasillos para que Gong Li se tome unas medicinas. Esta escena repetida hasta la saciedad provoca un sueño importante y ya lo recomiendan varios médicos de la Seguridad Social en casos extremos de insomnio.


El trato del color y el enfermizo lujo por el detalle tanto en vestuario como en los decorados merecen un punto a parte. Lástima que tantos colores saturados hagan que la vista se resienta y provoque que sólo los daltónicos puedan aguantar el chaparrón con entereza. El vestuario es resultón aunque da calor el ver a los protagonistas con más tela encima que un vendedor callejero de alfombras. Las que son un poco ridículas son las armaduras, los personajes parecen langostinos gigantes y sus movimientos despertarán en los nostálgicos bellos recuerdos de Godzilla o los Power Rangers.

Recomendada para los amantes de la poesía visual, sea lo que sea.

28 marzo 2007

Moscow Zero

Si hay algún personaje del panorama cinematográfico español que merece un seguimiento ese es Luna aka María Lidón. Después de hacer buenas Misión a Marte o Planeta Rojo con la inenarrable Naúfragos, y tras redefinir el documental con la psicotrópica Yo puta, Luna se descuelga ahora con una de terror. Se podría discutir si Moscow Zero es o no la peor película de la historia, pero lo que es indiscutible es que estaría en la final. El presupuesto de la película es de unos diez millones de dólares, está claro que o les han timado con las linternas o tiene pinta de que todo es una tapadera para lavar dinero del narcotráfico o de la construcción.


Resulta que en las profundidades de Moscú viven una serie de tribus urbanas, cada una controla un nivel. Según sus leyendas cuando el río se seque se abrirán las puertas del infierno. Con estos mimbres el anciano Sergei se obsesiona con el tema y se va para allá. Preocupado por su desaparición llaman a Owen que es cura (y americano) para ir a buscarle acompañado de unos rusos y una guía rusa del submundo que luego le besa. Así que la película se resume en un viejo con linterna hablando solo recorriendo un túnel, una niña muy pálida que recorre un túnel a oscuras sin hablar con nadie y los rescatadores que recorren un túnel con linternas sin que a nadie le importe lo que hablan.


Además de ser una película cutre, mal dirigida, peor interpretada y lamentablemente escrita, Moscow Zero repite las imágenes una y otra vez. Tenemos la escena de una niña corriendo por un pasillo y metiéndose por un agujero puesta cada cinco minutos. Esto puede parecer una exageración pero es auténtico repiten la misma puta escena una y otra vez, supongo que para lograr que la película llegue a los 80 minutos que debe ser El Santo Grial que logra que la mierda se venda como cine.


Preguntas sin respuesta: Si te metes en las profundidades de Moscú y vas bajando de nivel una y otra vez, ¿cómo puedes acabar saliendo en el tercer piso de una iglesia? ¿Por qué aparece Val Kilmer? ¿Qué poder oculto tiene Luna sobre Vincent Gallo y Joaquim de Almeida? ¿Es Oksana Akinshina la peor actriz de rusia? A pesar de todo yo sigo siendo fan de Luna, espero que se atreva en la próxima con una del oeste.


Recomendada para los que encienden mecheros en los conciertos.

19 marzo 2007

La vida de los otros

Llevo un año fino, cada vez que aclaman algo y voy a verlo salgo trasquilado. Se pregona que la flamante ganadora del Oscar La vida de los otros es una obra maestra. Después de verla y no dormirme lo único que puedo decir es que algo me pasa a mí o al resto del mundo, pero como yo estoy bien, gracias, algo va mal en el mundo.

¡Minuto y resultado!

Basada en hechos reales la película narra el cambio que se produce en un oficial de la Stasi que vigila a un dramaturgo sospechoso de ser infiel al regimen. El problema es que la piedra angular sobre la que se apoya el edificio está mal puesta. No se sabe por qué coño este José María García teutón se cambia de bando, porque con un suicidio y una sonata no creo que se ablanden muchos corazones. Menos aún siendo un alto oficial que tiene que saber, sí o sí, lo que se cuece en las cocinas de la dictadura.


Pero lo peor de todo es que con esos mimbres se podría haber construido una gran película. Tanto por el protagonista como por la relación entre la pareja espiada. Al final todo queda en una oportunidad perdida con un inicio prometedor y un bonito final pero con un tedioso desarrollo.


El director, Florian Henckel von Donnersmarck (tenía que escribirlo), va en plan Juan Palomo y se escribe la función sin saber muy bien como dar ritmo y administrar la trama. Así que llegados al desenlace empieza con saltos temporales que se hacen eternos y que no aportan nada más que una excusa para que el protagonista descubra que pasó. Con un plano y una elipsis se podría haber solucionado, pero como director primerizo e inseguro no confía en el público y alarga la función más allá de lo razonable.


Reomendada para los que pegan la oreja a la pared del vecino.

12 marzo 2007

The host

¿Es la mejor película de monstruos de la historia? No. De hecho ni siquiera es una película de monstruos decente. The host es un montón de mierda que por momentos es dolorosa de ver. Este esperpento sigue una curiosa costumbre oriental de pasarse el guión por el arco del triunfo y conseguir que la gente exclame ¡Ooooh!


La película empieza bastante bien con la aparición del monstruo y una larga persecución en la que se lleva a la hija del protagonista. Llegados a este punto se olvidan del monstruo y de la lógica. A partir de ese momento empezaremos a seguir las estúpidas peripecias de la familia de la niña. Los personajes oscilan entre la idiotez más absoluta y el encefalograma plano. El marco en el que encierran la historia no se sostiene y es absurdo. ¿Cómo puede ser que haya un monstruo correteando por la ciudad comiendo gente y no manden al ejercito a matarlo? En lugar de eso se dedican a hacer análisis de sangre al protagonista y a fumigar, como lo oyen.


Se ha alabado que la película vaya más allá del género incluyendo critica social y política, además de oscilar entre el drama y la comedia. Realmente lo que logra es una empadana que no hay quien la digiera. No hablaré sobre el final en sí de la película, que es para pegar una paliza a los creadores, pero no puedo evitar señalar que los excelentes efectos especiales, también muy celebrados, son espectacularmente malos en la escena final.

En resumen, una película que empieza como Godzilla y acaba como Las tortugas ninja.

28 febrero 2007

La ciencia del sueño

El aficionado al cine de terror o a las películas teen asume que para ver una buena película del género va a tener que tragarse un montón de basura. Sin embargo, los aficionados al cine raro asumen que cualquier película que se salga de lo común por cualquier motivo, realización, guión, etc... es buena per se.


Michel Gondry debutó en Human Nature con un guión de Charlie Kaufman, la película es una castaña pilonga pero la misma pareja repitió con ¡Olvídate de mí! con unos resultados espectaculares. Ahora Gondry se adentra el solito, en plan Juan Palomo, con el guión y la dirección de La ciencia del sueño. El resultado es bastante chusco.


Stéphane Miroux vuelve a Paris desde México tras la muerte de su padre. Con este punto de partida Gondry teje un todo vale intolerable. No sabemos por qué o para qué vuelve el protagonista, de hecho el tema del padre se deja de lado, lo mismo que su madre y todo lo demás. Sin embargo, Stéphane está enfermo (¿esquizofrénico?) y confunde la realidad con sus sueños y se enamora de una amiga de su vecina. Pero luego cambia de opinión y decide enamorarse sin venir a cuento de Stéphanie (la vecina). A partir aquí Gondry se tira al monte y con la excusa de meter bonitas escenas oníricas y ensalzar el reciclaje del cartón se dedica a pasar el tiempo hasta que la película se acaba. Los más llamativo son las escenas que ocurren dentro de la cabeza de Stéphane y que no aportan absolutamente nada a la película pero quedan super cool.


Con la excusa de los sueños hace lo que le viene en gana para espanto del espectador y mezcla sin orden ni concierto realidad y ficción, en este momento uno sospecha que el enfermo no es Stéphane si no el propio Gondry y los que le han dado dinero para filmar semejante disparate. Si algo se puede salvar de la película es la simpatía de Gael García Bernal y la gracia de Alain Chabat. A pesar de que miles de personas la adoran, el sex appeal de Charlotte Gainsbourg es algo que no llego a entender pero será un tema de gustos.

En fin, película de temporada que pasará al olvido en cuanto aparezca la nueva marcianada de moda.

17 febrero 2007

Cartas desde Iwo Jima

Banderas de nuestros padres, la versión americana de la Guerra de Estados Unidos contra Japón, era una película que resaltaba la diferencia entre los soldados y su patria. Todos esos chicos que sufrían en la guerra y se apoyaban los unos a los otros y morían y lloraban y perdían a sus compañeros, estaban ahí como parte irrevocable de un engranaje despiadado para ganar una guerra comercial, para apoyar una campaña de marketing mundial en la que salía victoriosa una bandera, o sea los líderes que ésta representaba.

En Cartas desde Iwo Jima, Clint Eastwood nos cuenta que en el otro bando la patria y los soldados van unidos. Japón está presente en cada uno de los soldados y de los oficiales del ejército nipón. Japón es su razón de ser, y la vida no importa, ni el compañero, porque no hay nada que tenga más importancia que el honor y el emperador. Y si hay que morir se muere, y si un americano te va a disparar, sé un hombre y suicídate primero.



Así que Eastwood reparte cartas. La película es distinta. La otra cara de la moneda cuenta la historia de unos hombres perdidos que luchan sin recursos, con una marina destrozada contra un ejército rico que los va a masacrar.

Pero para hacer esto el director nos tiene preparada una carta estupenda. El oficial al mando japonés, Tadamichi Kuribayashi (inconmensurable Ken Watanabe) ha tenido una estrecha relación con América. Para el resto de batallón es un simpatizante de los americanos y lo miran con recelo. Así que a través de una serie de flashbacks el director nos cuenta pequeños detalles acerca de este acercamiento de los dos países. Estupenda la escena de la recepción americana en la que le preguntan a Kuribayashi que en qué bando lucharía en caso de guerra y la mujer del comandante americano le dice a su marido que pobre de él, como tenga que enfrentarse a semejante general.

Clint Eastwood aprovecha esta relación del general con América para comparar ambas sociedades y todo lo hace a través de los ojos de dos chicos, dos soldados japoneses, un ex soldado de élite proscrito de la compañía por sus convicciones y Saigo, un panadero, padre de una niña que no conoce y que lo único que quiere es volver a casa.

Ambos se plantean si no será que los americanos son buenas personas. Si no será que en su país se equivocan y a lo mejor eso del honor es una patraña.


Ken Watanabe:
El Gregory Peck nipón

Para contestar a todo esto Eastwood juega sus cartas desequilibrando y volviendo a equilibrar su discurso, y poniendo las cosas en su sitio. Entonces muestra su juego y llega a la conclusión de que el honor a una patria no se puede imponer, que empieza siendo hacia su prójimo y hacia sí mismo. (no leas más si no la has visto) Porque Saigo aún sabiendo que está a salvo, rodeado de americanos que han ganado la guerra y que no tienen ninguna intención de matarlo se juega la vida, para luchar por el honor de su amigo, de su general muerto, y se mantiene en pie, como un héroe con una pala como única arma. El que se iba a entregar unos días antes, está luchando contra un montón de soldados enemigos apuntándole a la cabeza.



Y Eastwood es tan elegante que ni siquiera nos muestra su vuelta a casa. Pero nos muestra a Saigo mirando el mar. Su mar, el de Japón. Su país sigue ahí y lo espera.

La misma imagen que vio por última vez El general Kuribayashi que dio su vida por el imperio, pero antes, por un soldado que merecía conocer a su hija.

06 febrero 2007

Apocalypto

Apocalypto es una película de aventuras. Los que vayan buscando un documental sobre los mayas que no se molesten porque los guionistas han picoteado aquí y allá para armar una historia que demuestre la hipótesis con la empieza la película. El que quiera se puede poner a buscar paralelismo o a disfrutar del espéctaculo.


A Mel Gibson le han salido cientos de personas con las vestiduras rasgadas por el retrato de los mayas. Parece ser que no eran más que unos simpáticos indios que corrían por la selva como María lo hacía por Austria en Sonrisas y lágrimas.

¿Qué hay cosas mal representadas y algún apaño para que todo cuadre? Seguro. Pero todas las películas históricas lo han hecho siempre en busca del espectáculo. Desde Cleopatra hasta Gladiator, por más que algunas se intenten colgarse medallas de ser muy fieles.


De un tiempo a esta parte me siento como un inculto. Cada vez que se hace un estreno resulta que todo el mundo es experto en la materia. Todos saben más que nadie de los romanos, de Alejandro Magno, de María Antonieta, de los mayas, de Johnny Cash, de Ray, de Leonardo Da Vici, de la fusión nuclear y de como quitar las manchas de las picotas. Pero yo en concreto de los mayas no tengo mucha idea y la verdad no me interesa de cara a la película.

En Apocalypto o Acorralado en la selva esmeralda, los buenos son unos y los malos los mayas. Lo único importante es si la acción tiene ritmo y las más de dos horas no se notan. En ese punto la película triunfa. Es muy entretenida y no se hace larga a pesar de que uno sabe lo que va a pasar. Se ha hablado largo y tendido de que la película es gore. Quién la defina como gore no ha visto gore en su vida. El que se saquen unos cuantos corazones y se corten cabezas no convierte algo gore, de hecho en Indiana Jones y el templo maldito la extracción del corazón es mucho más fuerte, además se muestra, al contrario que aquí. Sí que hay sangre a borbotones pero si se pegan bastonazos en la cabeza no creo que nadie esperara que saltara confeti.


Resulta curioso como Mel Gibson ha conseguido que en todo el mundo la gente lea subtítulos sin polémicas con esta forma radical de entender el cine que esta siguiendo. Esperemos que además de Clint Eastwood con Cartas desde Iwo Jima los directores se animen y la V.O. deje de estar desplazada a salas que en muchas ocasiones tienen poco de cines.

21 enero 2007

María Antonieta


Yo no soy de leer críticas antes de ver una película, ni resúmenes ni sinopsis ni nada. De María Antonieta había leído solamente que en Cannes la habían vapuleado. Y eso me había llenado de pánico. Tanto que tardé semanas en enfrentarme a ella. Ahora que recupero comentarios, críticas y artículos, veo que era una media verdad, porque en Cannes recibió tantos aplausos como silbidos. Dividió al público en dos.

Por lo que veo no deja a nadie indiferente. O te encanta o la detestas. Soy de las primeras. Adoro a Sofía Coppola, su modernidad, su sensatez y su inteligencia.


Y con respecto a las críticas me he dado cuenta de que la gente tiene un problema de decepción. Ellos fueron a ver una película y se encontraron con otra.

Lo que pasa es que Sofía Coppola nos presenta una película tan opuesta a lo que se suele hacer en esto de los biopics que es imposible contentar a la mayoría.

María Antonieta cuenta la historia de una joven que con solo 14 años se casa con el delfín, nieto de Luis XV, Rey de Francia. La futura Reina llega a un mundo de ensueño llamado Versalles donde llevará una vida de lujos y glamour.

Para esto Sofía Coppola acerca las dos épocas, la actual y aquélla a través de un juego musical, visual e interpretativo para demostrar que se trata de una historia universal.

María Antonieta es una niña, se despide de su tierra natal y renuncia a todos los derechos sobre el reinado de Austria sin titubear pero cuando le quitan a su perrito llora. Es una niña educada y elegante. En un ritual campestre bastante rocambolesco es presentada al delfín, un chico nada agraciado y muy soso. María Antonieta lo saluda simpática y con garbo empieza su vida como futura reina. Al llegar a Versalles alucina. Es un lugar extemo donde el oro deslumbra y las esquinas se redondean a través de filigranas interminables y flores y querubines y colores pastel y brillo y exceso.

Versalles es un parque de atracciones de lujo para chicas exquisitas. A María Antonieta ni siquiera se le permite estirar la mano para coger un pañuelo, hay una persona encargada de hacérselo llegar. Ella sin embargo cree que todo eso es muy ridículo. Pero la capacidad de seducción de Versalles la reforma enseguida. Y la futura reina que el primer día estiraba la mano para coger el pañuelo, y el segundo día también y el tercero... al cuarto piensa que ¿para qué? Si me lo alcanzan.

Y así empieza todo. Un vida de lujo. Una vida de Reina en un mundo de fantasía y cuento de hadas, sin hadas, con zapatos de abalorios y seda.


A mí me parece que nadie ha entendido mucho el trabajo de Sofía Coppola que intenta con esta película hacer un silogismo con la realidad actual. Qué pasa si cogemos a una niña de 14 años. Le damos todo lo que quiere y le decimos que su única misión en el mundo es engendrar un bebé. Y todo esto además en un lugar alejado del resto del mundo. Que son 14 años ¿eh? Los mismos 14 años que tiene una niña de 1º de Bachiller cuya principal preocupación es tener suficiente saldo en el móvil y comprarse algo en Berschka por si acaso papá la deja ir a la sesión de tarde de la discoteca.

Sofía Coppola es una mujer moderna que pone en entredicho a la monarquía, sus estúpidos matrimonios de conveniencia y claro, la frivolidad de la Francia del Siglo XVIII. Hay momentos brillantes en la película. Me quedo con el sensacional montaje de zapatos, pelucas y pijadas que me ha encandilado (la excentricidad de las All Stars incluida claro). Con la manera de mostrar la muerte del hijo a través del cambio de cuadro en la pared y con el delicioso estilo que tiene la directora de jugar con el punto de vista, haciendo que el volumen de las voces en off nos cuenten como interviene María Antonieta en la escena, si como espectadora o como objetivo de miradas. Y no puedo dejar de nombrar la maravillosa actuación de Kirsten Dunst.

Y para contar todo esto Sofía Coppola nos da una película fría, frívola, elegante y extrema. Y todo queda en Versalles. Porque lo demás no importa. María Antonieta no es reina fuera de Versalles, a medida que el coche se aleja es simplemente una chica que no tiene ni idea de lo que hay unos metros más allá.

18 enero 2007

El truco final (El prestigio)

La nueva película de Christopher Nolan nos traslada al principio del siglo XX para volver a tocar una serie de temas bastante comunes en sus películas, como la identidad o la obsesión.


En este caso dos jóvenes magos se ven enfrentados por una tragedia que les llevará a una vida de eterna rivalidad y profundo odio. Por el camino todo quedará en segundo plano porque el objetivo es ser mejor que el otro al precio que sea. De un lado tenemos al genial pero anodino Borden (Bale) y por el otro al deslumbrante pero mediocre (Jackman).


Lo mejor de la película es la presentación de esa época en la que la gente todavía podía asombrarse por (casi) cualquier cosa y los magos eran uno de los grandes espectáculos de masas. A partir de ahí Nolan juega a hacer magia con el argumento de la película siguiendo las reglas de todo truco: la presentación, la actuación y el prestigio. Para ello vuelve a utilizar una narración fragmentada como en Memento, aunque en este caso se refugia en flahbacks dentro de flashblacks. A pesar de la filigrana la película se sigue sin problemas.


El mayor problema de El prestigio (lo de El truco final es de traca) es que cae en la propia trampa que explica Cutter (Michael Caine): cuando la gente conoce un truco queda decepcionada. Y aquí Nolan no es capaz de esconder sus cartas y se ven un par de ases en su manga desde mediados de la película (si no antes). Y entonces cuando hace el prestigio el público exclama ¡Pff! en lugar de ¡OH!, al contrario que podría pasar en El sexto sentido o Sospechosos habituales.


Y el problema de hacer la película así es que por el camino deja una magnífica historia sin contar y que se despacha con una frase al final de la película. Probablemente todo funcione mejor en la novela porque hay ciertas cosas que es más fácil disimular en papel pero que en una película hay que andarse con mucho tiento para no dejar un pegote que suena a falso.


A pesar de que el juego de espejos entre la magia y el cine o la realidad y la ficción no termine de cuajar, la película se salva gracias al buen pulso narrativo de Nolan y al brillante duelo entre los dos protagonistas, secundados por un Michael Caine tan bien como de costumbre. Hay que destacar a Rebecca Hall que es la protagonista femenina por delante de una Scarlett Johansson que encadena su segundo papel florero tras La dalia negra.