17 septiembre 2007

Death Proof

Igual que Grindhouse se ha dividido en dos, Death Proof tiene dos críticas al precio de una. Las damas primero, crítica de La Cotilla:

Para hacer una película de persecución de coches setentera Tarantino elige una manera y claro, es la más lúcida: hacer que su protagonista sea un ex-especialista de películas o series de televisión interpretadas por gente como Robert Urich. Nadie sabe qué coño son esas películas, el público de sus anécdotas es demasiado joven. Él es consciente de su cruz y lo lleva con garbo. Su coche es su poder y con él se convierte en la persona que nunca pudo ser.


Tarantino sabe que nosotros sabemos que esos coches van a salir a la carretera y se van a dar de hostias. Pero nos seduce y nos hace esperar. Como en un buen baile. El especialista Mike (Kurt Russell) es un psicópata asesino y lo sabemos desde el principio. Estamos deseando verlo en acción y él también lo sabe, por eso nos mira y nos sonríe cuando se sube al coche “Ahora viene lo bueno”.

Y vaya si viene. Death Proof juega a ser en algunos momentos una película de terror pero no lo es para nada. Aunque ojo… no lo parece por casualidad. La ropa de las chicas, la seducción, la rubia de bote, los folleteos en los coches antes de la masacre. No es que estemos ante una película de terror, es que nuestras chicas representan todos esos personajes de películas de terror utilizadas durante décadas para aliviar las perversiones de directores y espectadores ávidos de sangre virgen. Y todo esto se acabó señores, y se acabó porque lo dice Quentin Tarantino. Es la venganza de las mujeres, de esas mujeres irreales creadas por plumas masculinas, de todas esas víctimas, de todos estos años. Que ya está bien.


Para contar la historia de una venganza, tiene que haber dos partes. El asesinato y el castigo. Y claro, la situación de las dos partes tiene que ser la misma. Para contar la historia de esta venganza a Tarantino se le ocurre algo genial. El asesino se encontrará casualmente con gente de su calaña. ¡Serán también especialistas de acción! Pero los tiempos han cambiado. Ellas no tienen un coche tuneado contra la muerte. Son fuertes, listas, ingeniosas y bellísimas. Esta vez no necesitarán katanas ni largas sesiones de entrenamiento. ¡Llevan cinturones de PRADA! Y con eso tienen de sobra.

Death Proof parece una película homenaje a las pelis de persecuciones de coches, pero lo que hace en realidad es mostrar las diferencias entre dos épocas del cine de una manera tan sutil y tan inteligente que la convierten en una genialidad.


Y ahora yo:

A mi abuelo lo que más le gustaba en el mundo eran las persecuciones de coches. Durante una época cierto número de películas se concentraban en conseguir la mejor persecución posible, muchas veces no importaba ni el mínimo argumento ni nada más. Había que lograr el más difícil todavía, con el mérito añadido de la ausencia de lo digital que tanto abunda hoy en día. Lo único que se pedía a estas cintas era una frenética persecución y como mucho alguna chica guapa.

Tarantino rinde tributo a este tipo de cine en Death proof y va mucho más allá de lo que parece a simple vista. La película está recibiendo muchos palos y el propio director es consciente de ello en la presentación de Especialista Mike, este viejo conductor de escenas de acción explica a las chicas de su alrededor en qué películas o series ha trabajado, sigue hablando hasta que se da cuenta de que toda esa juventud que le rodea no tiene ni la más remota idea de lo que está diciendo.


No es casual la división de la película en dos capítulos aparentemente iguales pero totalmente distintos. En la primera parte tenemos el homenaje a éstas viejas películas con el añadido del envejecimiento artificial del celuloide. En la segunda parte repetimos las historia pero con muchas variaciones. Aquí la calidad de la imagen es perfecta y Tarantino se permite reflexionar sobre el revival del cine setentero que tanto le gusta realizar.

Por un lado las protagonistas, gente del cine de hoy, se buscan un Ford Charger para jugar con ese mito de los '70. Y a eso se reduce todo, uno puede jugar a hacer una película antigua pero nada más. No es la época de Especialista Mike, las cosas ya no son así y cuando llega el enfrentamiento el cine de actual le pisa la cabeza a su pasado. Entre otras cosas porque ahora las chicas no son floreros y pegan tan fuerte como ellos.

También Tarantino nos deja algunos trozos de su personalidad, su pasión por los pies, las declaraciones de amor con cintas de casete y la justifición de alguna infidelidad en boca de las propias mujeres de la película. También se critica que esas mujeres no sean reales, cuando la realidad es que son las mujeres como a Tarantino le gustarían, son los prototipos de mujer. ¡Si hasta hay una animadora!


Pero dejando de lado esas lecturas, disfruté como un enano con las chicas guapas, el accidente y la gran persecución a la antigua usanza. Seguramente tanto como mi abuelo cuando vió Bullit y las diabluras de aquel Ford Mustang pilotado por Steve McQueen. Seamos honestos, ¿alguien recuerda algo más de Bullit?